sábado, 27 de octubre de 2018

BARRIO DE LAS LETRAS IV (I)

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La Real Fábrica: productos elegidos hechos en España
En la Ferretería, nuevo restaurante de la calle de Atocha
Hoy nos hemos ido de tiendas, músicos, escritores, muebles singulares, iglesia y festín al Barrio de la Letras. El paseo ha empezado por mi tienda de tejidos favorita: Ribes y Casals, en la calle de Atocha 26, una finca elegante donde vivió Jacinto Benavente. El encargado, José Antonio García, nos ha relatado el pormenor del negocio, incluyendo el cambio radical que supone la entrada del mercado chino en el sector. Después, nos ha mostrado diferentes paños, comenzando por la empesa, que es la fase más tosca del paño, recién salido  del enjullo y tras ser frotado con la masa que le da cuerpo y protege la urdimbre. Vista y tacto se aúnan en estos comercios para ponderar debidamente la mercancía. Así, el señor García nos ha dado a tocar, sedas, lanas, tejidos naturales, mixtos y químicos. A continuación visitamos la mercería que tienen en la primera planta, donde también está la sección de cortinas y tapicería.
Desde Atocha nos hemos dirigido a la librería de Moya, en Carretas, que sigue en manos de la misma familia desde su fundación. Es, sobre todo, librería médica, y allí tuvo tertulia Santiago Ramón y Cajal.  Eduardo Rivera, boutique de ropa con un cierto estilo, en la Plazuela del Ángel, hoy  plaza, vaya usted a saber por qué, ha sido la primera de las tiendas de ropa que hemos recorrido. Han seguido: Ojalá, en Huertas, con sus vestidos inconfundibles, adornados con espiral y líneas derivadas, y sus chaquetas en dos tonos realmente estilosas; Ulises Mérida, cuyas camisas blancas, abrigos de línea de capa y bolsos merecen mucho la pena; la singular y recóndita iglesia de las Esclavas, que tiene un artesonado muy interesante y una claraboya arabizante muy llamativa; la preciosa tienda de ropa en Jesús, frente a la Dolores, con un patio lateral cerrado y sus ventanas espejadas en el interior, trampantojizadas. De ahí hemos ido a Moratín para visitar la boutique La Romería, con su trapillo garboso, y mi tienda de muebles predilecta: El modernario. Lo malo es que no tengo posibles para sus precios: una escueta librería de roble, donde caben las Obras Completas de Ramón y nada más,  elegantísima, eso sí, cuesta 17000 euros. Too much. El propietario de la tienda quería negociar conmigo, pero no ha lugar. (Perdón; eran 1700, no 17000).

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