sábado, 1 de abril de 2017

El Comercial

Abrió, al fin,  El Comercial, mi querido café, el pasado martes 27 de marzo, y allá que me fui, a verlo, tras la conferencia sobre Fígaro que dictó Leonardo Romero Tobar en el cercano  Museo del Romanticismo. Aquí tenéis la levita de dandi que vistió Mariano José, donada por mi amigo Jesús Miranda de Larra al Museo.
Ha vuelto, sí,  y reconocible. Pero no es el mismo.  A Faroni le confundiría,  porque le han hurtado, quién sabe por qué, la puerta giratoria. Ya solo tiene barra inmisericorde, porque no hay nada para recostarse, y un gran restaurante, vistoso y bonito, eso sí, con su toque modernista y cierta elegancia. Es y no es El Comercial que conocí. Aunque, bien visto,la cosa  podía haber sido peor. Dijeron unos que se convertiría en una tienda de modas, otros que en un banco; hablaron de una franquicia. Y, por fortuna,  no ha sido así.
Ahora sumaremos el recuerdo a este nuevo Comercial, y superpuestas las imágenes, obtendremos cada uno el nuestro, singular, único, personal,  como lo es todo lo vivido.
Estaba repleto de gentes del barrio  que celebraban la reapertura, y, más que nada, se regocijaban de que los malos augurios no se hubieran cumplido.
Yo le deseo una larga vida y mucho éxito. Tal vez un día no tan lejano nos reserven en su espaciosa planta baja, la de los espejos y las columnas, un rincón para departir, charlar y soñar en solitario o en compañía bien elegida. Al menos yo quiero soñar  que ocurrirá.