domingo, 26 de julio de 2015

BIZARRO ES GALLARDO, GALANO, NO EXTRAVAGANTE

En lengua pura, fácil, limpia y neta -Lope de Vega, dixit-  "bizarro" es animoso, bravo,  pundonoroso, valiente al tiempo que apuesto, gallardo, galano.    Así,  el mismo Lope, empleando el sustantivo correspondiente, llamó  Las bizarrías de Belisa a una comedia deliciosa  escrita al fin de su vida donde la dama protagonista y epónima hace gala de sumo ingenio y finura para conseguir sus propósitos amatorios y hacerse cargo de su vida con donaire, que eso es, o casi,  lo que quiere decir el título: los donaires de Belisa.
No obstante, es frecuente oír y encontrar ejemplos en los cuales se utiliza este adjetivo con el sentido que tiene en inglés o en francés, no habiendo para ello más razón que el descuido y desamor a la lengua y a los usos pertinentes del habla.  Hay un blog que  registra noticias pintorescas de diversos lugares de nuestro país y se llama, erróneamente, La España bizarra.  En los textos del Siglo de Oro se encuentra con frecuencia el adjetivo "bizarro" o "bizarra"  con el significado idóneo antedicho.
  
Si saltamos al siglo XX, en la  espléndida zarzuela Luisa Fernanda de Moreno Torroba, de ambiente romántico, los libretistas, Federico Romero y Guillermo Fernández Shaw, llaman "bizarras" a las encinas extremeñas de la finca del  desdichado, caballeroso y bizarro Vidal, quien elegantemente renuncia al cariño de la protagonista en vista de que no hay duda de que a quien ama realmente es a Javier.  He aquí la estrofa de marras:

             En mi tierra extremeña
             tengo un nido de amores,
             entre encinas bizarras
              y castaños y robles,
               donde el pájaro quiere
                que una pájara venga
                para ser soberana
                de mi casa labriega.
  La  FUNDÉU, a veces más atinada que la RAE,  ha comentado el error. Pero no hay manera. Hace sólo un par de días oí  "bizarro" mal empleado en RNE.  Fue entonces cuando pensé en dedicarle  un apartado en mi cuaderno El sabor del habla, incluido en Las cañas de Midas.