miércoles, 4 de enero de 2012

El Algarve en el cambio de año: (II) Lagos, Sagres y el cabo de San Vicente, Carvoeiro, Vila Real de Santo Antonio



Lagos es una ciudad  armónica, con un puerto de recreo en el que siempre aguarda una carabela. Hay un puente levadizo. Las casas, una de ellas de azulejo verde, otras con bonita rejería,  ascienden por una suave ladera, con calles curvas. Frente a los acantilados, está el paseo marítimo, donde hay un suculento mercado de pescado, de tres plantas, con azotea.  Esta vez he elegido el celaje marino, los acantilados naranja, el faro. El mar estaba irisado, silencioso, calmo.


He aquí la punta suroccidental de Eurasia. A poco más de 30 kilómetros de Lagos, el  Atlántico muestra su fiera condición . Abajo, los restos de la fortaleza de  Sagres,  junto al cabo de San Vicente, y, a continuación, el oleaje en la playita que queda entre ambos puntos. Por último, el faro de San Vicente recién encendido.



Tres retazos de Carvoeiro. La tierra, antaño marina, muestra un cúmulo de restos de moluscos incrustados.  En medio, una perspectiva de la playa del pueblo, y abajo la zona de los acantilados.




En la margen derecha del Guadiana,  frente a Ayamonte,  se encuentra la ciudad  ortogonal de Vila Real de Santo Antonio.
























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