jueves, 9 de julio de 2020

BELLE ÉPOQUE

Aún ayer, 8 de julio, podía contemplarse así la preciosa puerta principal del Palace, joya antes nunca vista del arte de la belle époque en Madrid. A su través, fulge la gran araña del antevestíbulo, para quíén o para qué no se me alcanza. La ciudad no recupera su ritmo, el pulso está enlentecido, la vida casi sigue a medias, renqueante, y el aire desprende hondo aroma de tristeza. Se fue la primavera para volver, esperemos, en su hora, pero no sé qué más cosas regresarán. El horizonte velado impide vislumbrar lo que está por venir. Hay días en los que solo campea la incertidmbre.

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