sábado, 20 de octubre de 2018

TRAMPANTOJO DE LA FOTÓGRAFA REFLEJADA


Tiene razón Time Out. Lavapiés es un barrio único. A dos zancadas de mi casa, está la galería Helga de Alvear, que acoge una exposición de Helena Almeida. La singular artista portuguesa acaba de dejar este mundo. He aquí mi pequeño homenaje. De su obra, Helena decía que era su cuerpo, como recuerda esta nota de la Gulbenkian de Lisboa:

Pintura Habitada

Helena Almeida afirma na sua obra uma espécie de litania: a minha pintura é o meu corpo, a minha obra é o meu corpo. É evidente o desejo de que a pintura e o desenho se tornem corpo, de que se anule a distância entre corpo e obra.
De regreso de la visita a la galería escribí la nota anterior, sin percatarme de que me había entrometido, sin quererlo, en la imagen. Ahora mi cuerpo está como si estuviera en el cuerpo de Helena, no sé cómo no me di cuenta de ello cuando puse las fotos en mi FB. Cosas de la atención, que nos vela y nos descubre a sabor. Hoy, quién sabe por qué, he descubierto el desdoble y la superposición, la figura  imantada coloca al espectador con gran tino, en un ángulo bien delimitidado, como buscado a conciencia, sin rebose ni alabeo.


lunes, 15 de octubre de 2018

EL LÓGOS DEL MANZANARES EN COBALTO TORNASOLADO

Ayer, paseando por Madrid Río, saqué esta foto que acabo de ver y me ha parecido singular y algo inquietante. Cuánto me gusta lo que dice Ortega en las Meditaciones del Quijote, hace más de cien años: “Para quien lo pequeño no es nada no es grande lo grande”. No sé si algún pintor podría fraguar este azul  cobalto tornasolado que irradia el agua, pero el domingo percibí algo singular. Había corriente, el Manzanares era lo que es, lo que le procura su encanto: un arroyo de montaña con un nacedero de los más bellos que he visto, en el Ventisquero de la condesa, donde los berrocales de la Pedriza nos ofrecen un espléndido taller de escultura y la luz nos regala un celaje único, que te levanta,  como exclama Unamuno: "Tú me levantas, tierra de Castilla,
                                            en la rugosa palma de tu mano,
                                             al cielo que te enciende y te refresca,
                                              al cielo, tu amo.
                        

domingo, 14 de octubre de 2018

TERTULIA RAMONIANA, EL 21 DE OCTUBRE CON SUGERENCIAS PARA LOS CIRCUNSTANTES PARTICIPATIVOS

Un psicoanalista hipermétrope debió de redactar la entradilla de la cubierta. Así, se le escapó el humor, la parodia del folletín modernista, las brillantes vistas urbanas de Madrid y sus balcones cuando Cristina y Rodrigo van de verbena, la voluptuosidad de la misa de difuntos sin difunto, la primera cita en la plazoleta destechada del parque del Retiro, el ambiente nocturno del café bohemio, el hotel de Madrid y el de París, el relato del crimen de Madrid Moderno, y qué decir de la lengua de Ramón, sus símiles, personificaciones inquietantes, hipérboles y greguerías, o sus greguerías y otros vástagos.
No la tengo yo a La viuda por la mejor novela de Ramón. No es el El incongruente, delicia de narración y de personaje, ni El hombre perdido, ni Rebeca, ni La Nardo, pero sus atractivos rebasan con creces lo que dice la nota, que valdría para una novela de Felipe Trigo, Eduardo Zamacois o, si me apuran, de Corin Tellado.
Ramón siempre encalabrina, más o menos, eso sí.  Hasta en La Roja, y ya es decir. Y esta novela bien vale una tertulia.
De sus muchas calidades hablaremos el domingo 21, a partir de las 13’0h, en Pombo, Guillermo Rolland 7,
casa natal de Ramón

Hola, a todos.  La tertulia es más amena y fructífera si cada uno lleva algo específico preparado para comentarlo y hacer calas. Como supongo que ya hebéis leído el libro, quería sugeriros -amén de la lengua, que es lo principal y más singular en Ramón- algunos pasajes  y motivos  muy interesantes de La viuda, para que cada cual elija, si le parece, alguno. 
1. La indumentaria de Cristina y su relevancia en la simbología del personaje. 
2.El verano tórrido madrileño como acicate erótico
Escenarios pintados con  los fogonazos expresionistas tan sugerentes y característicos de Ramón:
3. La iglesia del capítulo primero
4. El parque (que es el Retiro aunque no se mencione) en la primera cita, capítulo segundo 
5.La intromisión de la crónica negra en el crimen de Madrid Moderno, capítulo XII.
6.Vistas de Madrid desde el simón camino de la verbena, capítulo XV.
7. El café bohemio en agosto, capítulo XVI
8.París:
-El cabaret, capítulo XXVII
-El teatro, capítulo XXX
-El restaurante y los espejos, XXXI
9. Motivos muy recurrentes en el novelismo ramoniano:
- La búsqueda de la amada
-La obsesión y sus fantasmagorías
-Los espejos y su peligro, IX
 Por último, no olvidéis que en las novelas de Ramón la trama no es lo único interesante. Lo principal es todo el mundo de imágenes, personificaciones y sugerencias que suscita su forma de contar y de decir, tan personal y tan atractiva. Pero eso se aprecia bien justamente cuando ya se conoce la trama y la atención lectora se centra en la escritura y sus peculiaridades.

Feliz lectura a todos. 
Un beso,
Concha