viernes, 22 de marzo de 2019

EL INCONGRUENTE ,MI NOVELA FAVORITA DE RAMÓN

Gustavo, el Incongruente, es un donjuanito dadá y futurista, muy jacarandoso. Tiene casi cien años y cada día está más fresco. Ahora se le ha puesto un aire pop. Gustavo es un incongruente en busca de autor y de ilustrador, que vuelve del cole con su cabás a las doce de la noche tan pichi. Tiene que andarse con cuidado con espejos, fotografías y otros trasuntos que se descontrolan y le hacen la mamola.
El viaje en motocicleta sin freno al pueblo de las mujeres casi de cera, su cena con la mujer del marino que provoca una tormenta en el espejo de la adúltera en ciernes, la pelea zarzuelera con la morena y la rubia en la escalera de la casa de ambas, la playa de los pisapapeles animados, la aventura con la viuda espiritista, la visita al pueblo feliz y la sesión de cine con la protagonista que se le sienta al lado y le enreda con sus piernas son cuentecillos que merecen unas viñetas de El Roto o una película de un Ernst Lubitsch. Y ¿cómo no acordarse del Ecce Homo estropajado en el pueblo oscense al leer lo que le ocurre con el cuadro de su antepasado que ocultaba un Velázquez?
Gustavo es el más simpático de todos los personajes ramonianos, porque es un héroe de TBO

 La imagen puede contener: 12 personas, incluidos Concha D'Olhaberriague y César Nicolás, personas sonriendo, personas sentadas, mesa e interior

miércoles, 20 de marzo de 2019

SABER LEER O EL PURITANISMO SO CAPA DE FEMINISMO

El Tenorio según
Luis Landero, alguien que sabe leer

'DON JUAN', DE TIRSO O DE ZORRILLA

Don Juan es un compulsivo fornicador y un mentiroso compulsivo. Como Yago, carece de escrúpulos. Uno de los tres grandes mitos que ha creado la literatura española y que ha adquirido dimensión universal, porque universal es también la realidad que allí se cuenta.

El Tenorio según Blanca Portillo, gran actriz y pésima lectora:

NOTA DE LA DIRECTORA

La imagen de Tenorio me acompaña desde hace años. Nunca he podido entender cómo un personaje así se ha convertido en un mito, en un icono abanderado de la libertad y la transgresión, la representación del seductor de mujeres como valor en sí mismo…

Hoy siento la necesidad de subir al escenario a este personaje, tantas veces representado y, creo, tan pocas veces entendido. Subirle al escenario y radiografiar sus comporta-mientos, sus acciones, sus palabras, para mostrar lo que siempre he sentido que existía tras ellas: un modelo de destrucción, de falta de empatía, de crueldad, de desprecio por la vida propia y ajena, de incapacidad para construir… Más allá de la época en que Zorrilla crea el personaje y más allá del tiempo en el que el autor coloca la acción de su obra, Tenorio es un ser humano que sigue latente en el inconsciente de esta sociedad, de la nuestra.

Tenorio no es un héroe. Es alguien que huye de su propio vacío, llevándose por delante todo aquello que se cruce en su camino. No es un luchador en busca de un mundo mejor, de un cambio en el sistema, no es un buscador de belleza. Tenorio es hoy el vivo retrato del desprecio por los demás.

Vivimos en un mundo en el que ese desprecio se hace cada día más patente. Sobrevaloramos a quienes destruyen, a quienes roban, matan, o violan las leyes… En nuestro país seguimos pensando, aunque en ocasiones lo ocultemos, que esas personas son admirables, son… “los listos” y los demás unos tontos que vivimos sujetos y amordazados en el redil.

Yo creo profundamente en el respeto por los demás. En valores morales y éticos que Tenorio destruye sistemáticamente. Creo que ya va siendo hora de que alguien llame a Tenorio por su nombre.

Blanca Portillo