sábado, 12 de enero de 2019

12 DE ENERO, 1963, BUENOS AIRES. CULMINA LA AUTOMORIBUNDIA DE RAMÓN Y COMIENZA SU VIDA ETERNA

                   
Hoy es 12 de enero. Soy Rebeca, y aún no me has encontrado, Ramón. Bien sabes o has de saber que Leonor no es Rebeca. En la búsqueda está la gloria, quizá.
Todos deseaban, pero a ninguno se le cumplían los deseos. Es condición de la naturaleza humana, dice Cervantes, y yo lo suscribo, porque don Miguel y Ramón son los dos escritores más reivindicadores 
de la mujer. Lo siento. No puedo decir que son feministas porque se ha malbaratado esta voz, y me pasa como le ocurría con ella a Rosa Chacel, que se soliviantaba al oírla. Cuando las palabras no están en forma, decía Ortega, hay que ponerlas en almoneda.

viernes, 11 de enero de 2019

ATOCHA TE QUIERO, NO ESTACIÓN DEL ARTE, QUE NO, QUE NO

Señora consejera de Transportes de la Comunidad de Madrid: Próxima estación, Atocha: fuera Estación del Arte - ¡Firma la petición! chng.it/YF4RpXwB vía @change_es

domingo, 6 de enero de 2019

DUBLINESA

De vueltas y a vueltas con el puente de Samuel Beckett, porque me gusta lo que escribe Kenit, con tanta gracia, en especial el cuentecito epifánico del parto. He tomado distintas vistas de los tirantes y el arpa, que eso es lo que yo veo, y no un costillar, como dicen los comentaristas de los puentes de Calatrava. Aquí, en Dublín de trotaparques me vuelvo trotapuentes. El caso es que por este vistoso puente se ha visto - o eso se rumorea, al menos- pasar a Vladimiro y Estragón, que iban camino de su arbolito; junto a él siguen aguardando, como Ramón buscando a Rebeca y yo esperando ver mañana, al cruzar el otro puente, O’Connell, el caballo blanco. Porque es la noche de la cena de Los Muertos, en Wynns Hotel.
Todos deseaban, pero a ninguno se le cumplían los deseos: es condición de la naturaleza humana, dice Cervantes en el Persiles, maravilla de las maravillas, tercera y cuarta parte de Quijote, con Odiseo y Simbad, la preciosa historia del portugués enamorado, y tantos lances, personajes malos de verdad, como Clodio, y una lengua y un pensamiento inisuperables por su belleza y acuidad.