lunes, 13 de mayo de 2019

PASEO POR EL PARQUE DEL OESTE Y LA ROSALEDA

Alguien, llamado César, insinuó que no me gustaba la Rosaleda del Parque del Oeste, y que si era más bonita que la del Retiro. ¡No me hagáis elegir! decía Ortega, refiriéndose al teutón y al celtíbero. Menos  aún elegiría yo entre dos parques tan hermosos. La Rosaleda de Rosales  es más jardinera y más panorámica. Está plantada en una terraza, entre el talud que sube al Paseo-desde el que los cedros contemplan  las rosas- y el montículo que baja hacia San Antonio de la Florida. Hoy estaba fragante, luminosa, nostálgica.
La del Retiro, en cambio, es más recoleta y señorial, y desde fuera, en el flanco oriental, la observa el maestro Chueca, genio de la intuición musical dionisiaca, que me alegra la vida. Pero allá que me fui rauda, qué otra cosa podía yo hacer tras una incitación de este jaez.
Rosas emparradas, luz, celeste con blanco salpicado, melancolía, rosas lloronas, altibajos, calidez, rosas trepadoras, horizontes serranos del Guadarrama azul de Machado.
(COMO SIGO CASTIGADA A NO PONER IMÁGENES  EN EL IPADTENDRÉ QUE ESPERAR A LLEGAR A CASA Y PONERLAS EN EL ORDENADOR)