Luna vespertina desde la calle del Gobernador, que baja en curva hacia el Prado.
Barrio de las Letras. Aún no es luna llena, dicen; faltan dos días. Pero estaba muy bonita, cándida y reboronda, que dice Ramón, y las farolas no la velaban, porque son bajas. Yo pasaba de soslayo, por la Costanilla de los Desamparados, y se me ha presentado decidida, magnética y parlante.
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