Salta el río ladera abajo, espumando su agua, regalando el oído del paseante con su reverberante son. |
En las cimas, aún quedan neveros salpicados. Haciendo juego con ellos, se viste el celaje con una sarta de cirros. |
De amarillo y lila florido se tapiza el arbolado de los pinos cárdenos de Guadarrama |
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