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Las Vistillas es un paisaje único, hermoso y emocionante de verdad. Desde allí se divisa el Guadarrama azul, la vieja sierra que tanto inspiró a Ortega. Tras el seto, por entre las frondas, asoma la balaustrada que alberga el monumento a Ramón, el poeta de la ciudad, de los objetos humildes, de los secretos que atribulan al hombre y de las tristezas. Ramón no desconstruye a tontas y a locas. Pone patas abajo, agita, potencia, recupera y vuelve a crear luminosidades dudosas a partir de los despojos, al igual que Maruja Mallo elaboraba su arte de cuneta enalteciendo los desechos. |
Abrí este bloc para susurrar bajo tierra todo aquello que me sea atractivo, sugerente, inquietante, paradójico, ambiguo; así palabras, pensamientos, libros, lugares, rincones, versos, poemas, fragmentos, obras de arte, mitos, cuentos, sucesos,con la esperanza de que las cañaveras que crezcan junto al escondite se tornen flautas.
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